Preservación: Pérdida de Vivienda Asequible

El problema del exceso de demanda para satisfacer la oferta es el resultado no solo de no construir viviendas asequibles, sino de no preservar las viviendas que ya existen como asequibles. En los últimos cuarenta años, la demolición, el aumento de los alquileres, las conversiones de condominios y el mantenimiento inadecuado han provocado que la cantidad de unidades de vivienda económicas se desplome, quedando muy por detrás de la demanda.

A nivel nacional, la cantidad de unidades asequibles para inquilinos de ingresos extremadamente bajos se redujo en más de 3,5 millones de unidades entre 1991 y 2013, una pérdida del 17 %. Esta disminución se produjo en la década de 1990; la oferta aumentó ligeramente después de 1995, pero en una cantidad insignificante.

Entre 1999 y 2011, la cantidad de unidades asequibles para inquilinos con ingresos extremadamente bajos aumentó en solo 171 000, mientras que la cantidad de hogares arrendatarios en este grupo de ingresos aumentó en casi 3,3 millones. El Centro Conjunto para Estudios de Vivienda encuentra que en la década de 1990, el 30 % de todas las viviendas alquiladas por $400 o menos habían sido demolidas o eliminadas del stock para 2009, o reutilizadas para alquileres más altos.

Además, hemos visto una reducción significativa en el stock de viviendas subsidiadas por el gobierno federal. El inventario de viviendas públicas disminuyó un 18 % o 250 000 unidades entre 1994 (cuando el inventario de viviendas públicas estaba en su apogeo) y 2012, lo que refleja en gran medida la demolición generalizada de proyectos en dificultades. Muchos de estos han sido reemplazados por desarrollos de ingresos mixtos bien mantenidos, pero el resultado es una pérdida neta de unidades subsidiadas. Además, más de 320,000 unidades de propiedad privada con subsidio federal se perdieron desde 1998 cuando los propietarios decidieron no renovar sus contratos de subsidio o optaron por no participar en sus hipotecas aseguradas por el gobierno federal.